Abandonado, palabra que mejor define la
situación de este vehículo de expresión desde hace unos cuantos meses. Confieso
que esta ventana hacia el exterior llamada “blog” se abrió un día por imperativo
académico, la verdad es que no me entusiasmaba, como todavía no lo hace la
redacción de los 140 caracteres.
Hoy he decidido volver a abrir esta ventana
con el compromiso de airear, de vez en cuando, todo aquello que crea que merece
la pena compartir con todos aquellos que navegan por el espacio de internet. No
sé si lo conseguiré, lo que sí espero es que sea tarde el día en que esta
ventana, que he bautizado como “Lusco
Fusco”, se cierre definitivamente.
Llevaba tiempo sin escribir, y como periodista
vocacional, la ausencia de este ejercicio es, por lo menos, imperdonable. Los
dedos que golpean el teclado del ordenador se habían desentrenado desde que
este pasado verano, esos mismos dedos, ejercieron su función para informar a
los gallegos desde las pantallas de Televisión Española, sin olvidarnos de un pequeño
y efímero esfuerzo, en octubre pasado, cuando durante unos días teclearon para
Europa Press.
Luego vino la sequía, sin duda algo tuvo que
ver el desánimo, un sentimiento que seguro que no lo poseo, en este momento, de
forma exclusiva. La situación que nos rodea, caminando por una senda donde el
indicador hacia el futuro está tapado por una bolsa negra a la espera de que
por fin quede inaugurada, es sin duda la responsable.
Pero como dice el refrán, “al mal tiempo
buena cara” y la escritura es un excelente ejercicio, siempre es bueno poner los
puntos sobre las íes.
Xavi C. Martiñá
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